lunes, 20 de octubre de 2008

«El Libro de Daniel Parte Uno: Introducción a la Profecía Profética»



«El Libro de Daniel Parte Uno: Introducción a la Profecía Profética»

El Señor Isaac Newton una vez dijo: «Se puede decir que el cristianismo mismo está basado en la profecías de Daniel.» Hoy, comenzamos un estudio del libro de Daniel en el Antiguo Testamento, uno de los libros más importantes desde el punto de vista apologético. Su servidor ha diseñado este estudio por varias razones. Primero, es para informarle acerca de los contenidos del libro de Daniel. Segundo, es para enterarle de los asuntos históricos que tienen que ver con la interpretación de las profecías. Tercero, es para infundir en nosotros un mejor aprecio para el libro de Daniel. Cuarto, es para fortalecer nuestra fe en Dios quien rige por toda la historia humana. Después del himno, presentaré el libro de Daniel más al fondo:
El libro de Daniel abunda con las profecías pronosticadoras. De hecho, se encuentren quizás las profecías más detalladas de toda la bíblia aquí en Daniel. Es por eso que el libro de Daniel en nuestros tiempos es hallado en «el foso de los críticos.»
Comenzemos con algunos comentarios acerca de las profecías que predicen. ¿Qué es el origen verdadero de las profecías bíblicas? 2 Pedro 1:20,21 explica lo siguiente: «entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.» Eso es como nos muestra Hebreos 1:1,2 también: «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.» Por tanto, las predicciones en el libro de Daniel surgieron de la omnisapiencia de la mente divina.
Esas predicciones ponen un reto recio para cualquier explicación humana del origen del libro de Daniel. Por ejemplo, uno viviendo hoy día posiblemente pueda predecir quien será el próximo presidente de los Estados Unidos, y con suerte, tener éxito. Pero, si un hombre que vivía en Egipto hace más de 400 años pudiera predecir con éxito el nombre del próximo presidente, el tiempo de su selección, y los detalles de su administración, entonces podríamos decir que ese pronosticador tuvo que haber tenido alguna medida de la inspiración sobrenatural.
Ahora, pues, la bíblia nos dice por qué fueron escritas tales profecías. Por ejemplo, Moisés advertió en Deuteronomio 18:20,22: «El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado? si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.» (A propósito, todos los supuestos profetas modernos han salido mal de esta prueba.) Las profecías pueden ser probadas y además sirven como pruebas, o sea, evidencias. Isaías 48:3-5 registra a Dios diciendo al pueblo de Dios desviado, «Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.» En este texto, Dios les dice que el propósito de las profecías que predicen el futuro es para mostrarles su realidad y la verdad de su palabra. Cuando se cumplen los pronósticos, es bien sabido que Dios había hablado de veras. Jeremías 28:9 añade: «El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió.» Eso es como las profecías de Jesús de Nazeret que les habló a sus discípulos. Dijo en Juan 16:4: «Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora os acordéis de que ya os lo había dicho.» Entonces, las profecías encontradas en el libro de Daniel y cumplidas muchos años más tarde sirven de evidencia de la inspiración del libro y del Antiguo Testamento

No hay comentarios: